Nada de lo que hacemos o decimos se pierde en el vacío. El aire está lleno del pensamiento de todos. Almafuerte. (1854-1917)

miércoles, 20 de abril de 2011

Cultura de masas

El ser humanos está en el mundo, y por fuerza está mediatizado por una cultura impuesta y por otras que le influyen a lo largo de su vida. Es una imposición de unos individuos sobre otros. Por tanto, se puede afirmar que la cultura no es una opción electiva del ser humano. La elección radica en el grado de inserción y transformación que se produce durante su experiencia vital, para adaptarse a su entorno en cada momento.

Toda cultura es el modo humano de resolver la vida y de dar respuesta al ámbito en que se vive. Los seres humanos a diferencia de los animales, pueden plantear un modo de vida diferente, al no estar determinado por conductas preestablecidas. Las personas pueden hacerse responsables de la forma en que viven y el modo en que se relacionan con los demás. Pero ¿Tienen los recursos necesarios para poder tomar sus propias decisiones?

La cultura de masas incluye todos los medios de comunicación: Televisión cine, periódicos, radio y literatura tipo best-seller. Estos medios se desarrollan al tiempo que las masas cobran protagonismo y la presión mediática pronto les enseñará cómo deben pensar o divertirse. Será la clase dominante quienes imponen las formas de vida a las clases populares a través de los medios de comunicación.


La cultura se pone al alcance de todos, es obtenida con facilidad por la sociedad, pero no deja paso al criterio personal. La filosofía del siglo XX crítica la sociedad, la cultura y las formas de racionalidad impuesta por la sociedad industrial y la cultura de masas. Demuestra que el dominio del poder político-económico, a través de los medios de comunicación de masas, la industria cultural y la publicidad, determina las elecciones y los deseos del individuo. Son deseos inducidos, creados por las lógicas de mercado. Para conseguir cierta libertad es necesaria la autoreflexión crítica y poner en evidencia estructuras como la familia, las escuelas o las instituciones religiosas. No centrarse solamente en el ámbito económico.


Lo ideal, es llegar a una sociedad sin explotación y una organización racional de la actividad humana que tenga en cuenta la libertad y la creatividad intentando que el sistema opresor no se perpetúe.


Los filósofos de la Ecuela de Frankfurt afirman que la “industria cultural” son los medios de comunicación de masas y que a través de ellos se imponen unos valores, se crean unas necesidades y se asigna un lenguaje y una conducta. Estos valores no emancipan ni son creativos ya que los mensajes se reciben de forma pasiva. La diversión ya no es un lugar de recreo, alegría y libertad, será la industria quien fija los horarios y las diversiones. Las reglas del tiempo libre están programadas por la industria cultural. Así el destino del individuo está establecido por el sistema.




Piensan que las democracias occidentales, detrás de una aparente permisividad y bienestar económico, conlleva un sistema de represión e instrumentalización de conciencias.
Finalmente, será el Estado quién promueva esta Cultura de la Globalización debido a sus intereses económicos y a la necesidad de expandir sus propias consignas de control y dominación de masas. Se promueve el individualismo en detrimento de la solidaridad social, y el Estado será el único benefactor de la sociedad, garantizando y cubriendo a los ciudadanos todas sus necesidades.
El futuro de esta Cultura está asociado al capitalismo, por tanto estará por ver si este sistema económico tiene sus días contados. Si es así también arrastrará consigo a la Cultura de Masas.

http://www.youtube.com/watch?v=EGE_qs8ipqw&NR=1

domingo, 3 de abril de 2011

Manipulación mediática

Noam Chomsky pensó un decálogo a cerca de la manipulación mediática bastante interesante y que merece la pena leer detenidamente y reflexionar sobre algunos puntos:

1. La estrategia de la distracción El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.


2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.


3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.


4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.


5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.


6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…


7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.


8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…


9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!


10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.