Nada de lo que hacemos o decimos se pierde en el vacío. El aire está lleno del pensamiento de todos. Almafuerte. (1854-1917)

martes, 4 de junio de 2013

Artistas con alma

En entradas anteriores ya os he mostrado algunos de los relatos históricos que tuve que idear para continuar en el curso virtual "Renacimiento y Barroco". En este caso se obliga a hacer coincidir  a El Greco, Velázquez y Murillo en un espacio: en el Museo del Prado. La historia la comencé de este modo:

Fue un encuentro imposible. Solo los artistas sevillanos coinciden en el tiempo. Aún así los imaginamos reunidos en alma, que no en cuerpo, en una sala del Museo del Prado. Extremo  muy probable,  ya que cada artista deja algo de sí mismo en su obra, y es posible que deambulen por los pasillos del Museo.

Greco - El tiempo finalmente nos ha reunido en Madrid, en tu tierra querido Diego, pintor de reyes, artista con un estilo personalísimo, me satisfizo la lección que distes al petulante  Carducho al no firmar Las Lanzas…ja,ja,ja  ¡Una lección magistral!

Velázquez - No Doménico, yo no vine al mundo en Madrid, las circunstancias y mi propia ambición me trajeron hasta aquí. Siempre eché de menos a mi querida Sevilla y envidié a mi paisano Murillo,  por despreciar lisonjas que lo mantuvieran ausente de su origen.

Murillo - ¡Cómo no iba a ser así! Tan solo una vez salí de Sevilla y… ¡Virgen! ¡Cuánto la necesité! La luz de mi ciudad me hizo como soy… ¿Habría yo pintado con otra luz y otro aire u otra forma de ver las cosas?

Greco - Yo tampoco. Pinté como desde mi alma lo veía, pinté el cielo de Toledo como un paisaje, colores inarmónicos, irreales, caras afiladas…
Ahora el mundo intentar ver entre pinceladas y averiguar lo que realmente queríamos expresar... ¡Qué divertido es todo esto amigos!


2 comentarios:

  1. Yo tambien envidio a Bartolomé, que no cambiaba un vaso de vino con su compadre Juan que toda la gloria de la corte. Y es que, viviendo aquí, como vivimos, es fácil de entender. Enhorabuena.

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  2. Gracias Jose Luís. No es raro que el alma que Murillo transmite en sus pinturas sea producto de su sencillez: de apreciar ese vaso de vino, de estar entre la gente que lo quería, y por supuesto de la sensibilidad que le otorga esta bendita tierra, su tierra.
    Los tres pintores me gustan, pero Murillo...conmueve.
    Un abrazo.

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