Cada vez que un tema ocupa las portadas de periódicos, telediarios y que está presente en los conversaciones de las personas corrientes, releo el Decálogo de manipulación de Noam Chomski y compruebo que a este caso se pueden ajustar al menos tres leyes:
- La estrategia de la distracción
como elemento de control social. Desviar la atención del público de los
problemas más importantes y de los cambios que deciden las élites políticas y
económicas.
-Crear problemas y ofrecer soluciones:
Es el método del problema-reacción-solución. Se crea el problema causando una
reacción en el público, con el fin de que este sea el demandante de las medidas
que se quieren imponer. Estas suelen ir asociadas a leyes que mermen la libertad
social o individual como última medida.
- Utilizar el aspecto emocional
más que la reflexión. Se trata de una técnica para causar un choque en el análisis
racional, anulando el sentido crítico de los individuos. La utilización de las
emociones permite introducir en el subconciente ideas, temores y miedos, sobre
todo miedos. La mejor arma de los gobernantes.
Vemos a la enfermera auxiliar infectada, dando lugar a pensar que todos podemos ser víctimas y a tocar la fibra sensible queriendo sacrificar
a su perro…¡¡A Excalibur¡¡
Se pueden entresacar muchas más
conclusiones basadas en estas reglas, pero solo hay que recordar la gripe A y el
fabuloso montaje que supuso para las farmacéuticas, aunque en el fondo poca
gente lo creyó. Esta vez han ido poco a poco haciéndonos ver lo peligrosa que
es esta enfermedad para los occidentales no para los africanos, que además de parecer menos importantes, carecen de
recursos para comprar los medicamentos. ¿Es este otro montaje económico?
La cadena de errores va sumando y
parece que todo está previsto para meter el miedo en el cuerpo: El religioso
que trajeron no sé para qué: seguro que no le preguntaron a él. El recibimiento
con esos trajes imponentes, y aún así se contagian. No sé…me huele a
chamusquina y además no creo que Ana Mato tenga toda la culpa, creo que no tiene tanto poder como para decidir. ¿A quién obedece? A la OMS o a empresas de
medicamentos y similares. A saber…
Os ofrezco este interesante vídeo de Josep Pamíes donde da su opinión. Si podéis le prestáis atención porque desentraña muchos aspectos turbios de este tema.
https://www.youtube.com/watch?v=czBaB_XE72c