Nada de lo que hacemos o decimos se pierde en el vacío. El aire está lleno del pensamiento de todos. Almafuerte. (1854-1917)

jueves, 18 de mayo de 2017

Lo que pensamos.


 Título: Pensamientos. Técnica: pastel.
Lo que pensamos nos viene dado por nuestra propia experiencia, por lo que nos han dicho otras personas que han podido influir en nuestro parecer y por lo que hemos estudiado. Pero esos conocimientos no son del todo fiables, de vez en cuando habría que repasar si lo que pensamos nos es útil para nosotros en el presente. Los tiempos cambian, los mensajes que nos llegan son dispares, nosotros somos otros, evolucionamos…Y evolucionamos en parte a esa revisión de ideas en las que hemos utilizado la razón.

La razón es un proceso intelectual que establece relaciones entre las cosas, para que sean de una manera y no de otra. Mediante la razón se seleccionan los estudios, las experiencias o las noticias que recibimos y que son elegidas según nos dicta nuestra inteligencia y nuestros sentidos. Es decir, las vemos según nuestras facultades o nuestro punto de vista, no como son en sí mismas.

Por eso, la misma situación no la veremos igual con veinte años que con cincuenta, Vamos adquiriendo un bagaje que nos hace ver las cosas de otra manera. Pero siempre a nuestra manera.
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“Nuestro conocimiento es verdadero pero no llega más que hasta donde lo permiten nuestras facultades”. F. Sabater.

lunes, 17 de abril de 2017

La Envidia


Nunca serás feliz si te atormenta que algún otro está más feliz que tú” afirma Séneca. 

Este mismo filosofo dice “Cuando piensas cuántos se te adelantan, ten en cuenta cuántos te siguen”.

Schopenhauer concluye: “No hay nada más implacable y cruel que la envidia, sin embargo nos esforzamos en suscitar envidia.” Por tanto, la envidia será un inconveniente para alcanzar la felicidad.



El carácter que adquirimos con el tiempo, será una manifestación de nuestra inteligencia y nuestra experiencia, y servirá para conocernos a nosotros mismos. Conocernos es saber lo que queremos y lo que podemos hacer en la medida de nuestras posibilidades. Es saber qué podemos escoger de todas las opciones que la vida nos ofrece, es decir, escoger el camino más acertado a nuestras capacidades. Si no nos conocemos lo suficiente, nos estaremos equivocando continuamente y por eso la persona envidiará. Porque elegirá caminos apropiados al carácter de otros, no al suyo. Por ejemplo, el pez no puede envidiar al pájaro, cada uno está en el ambiente que le es propio. Hace su vida de acuerdo a sus propias posibilidades, no uno mejor ni peor que otro, sino distintos.
Por ese motivo es necesario conocer nuestros propios valores y nuestras limitaciones, para saber elegir lo que realmente necesitamos. Solo así podemos adquirir la autoestima necesaria para creer en nosotros mismos, sintiendo admiración, que no envidia por lo que hacen los demás.

domingo, 12 de febrero de 2017

Buscar la felicidad

La sabiduría de la vida debería enseñar a vivir feliz, pero sin una mentalidad estoica, que suponga renuncia y austeridad  y sin un aire de maquiavelismo, al querer alcanzar la felicidad a costa de todo lo demás. Estos extremos están vedados para alcanzar la felicidad. El problema viene dado entonces en determinar qué se entiende por felicidad. Para unos será la riqueza, los honores, la fama o el placer.  Aristóteles concluye diciendo que la felicidad se obtiene mediante la práctica de la virtud.

Hay que vivir la vida de acuerdo a nuestra razón y búsqueda de la verdad, actuando bien, e intentando conocernos a nosotros mismos. Tener  alegría de ánimo y temperamento feliz,  salud, tranquilidad de espíritu y bienes externos en medida reducida.

Pero la experiencia nos dice que la felicidad es una quimera, mientras que el sufrimiento y el dolor son reales. Si nuestra experiencia vital diera sus frutos, dejaríamos de buscar la felicidad y procuraríamos solo escapar del dolor: “El prudente no aspira al placer sino a la ausencia de dolor” dice Aristóteles. 


Lo mejor que se puede encontrar es un presente sin dolor, tranquilo y soportable. No hay que estropearlo esperando alegrías imaginarias, o preocupaciones ante un futuro incierto. Lo mejor es disfrutar del presente como algo realmente seguro. 


La conclusión  sería: aprender de la experiencia y disfrutar el presente. Es lo que de verdad existe.